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07/10/2021
La actividad física es un elemento básico para controlar el peso, tanto para conseguir la pérdida inicial como para el mantenimiento de la pérdida de peso conseguida. Pero debe ser un elemento complementario a los cambios en el patrón alimentario.
La actividad física es un elemento básico para controlar el peso, tanto para conseguir la pérdida inicial como para el mantenimiento de la pérdida de peso conseguida. Pero debe ser un elemento complementario a los cambios en el patrón alimentario. Aunque el ejercicio físico es muy eficaz, sin una alimentación saludable acompañante, aquél no produce a largo plazo cambios sustanciales en el peso corporal. Para tratar y evitar el sobrepeso y la obesidad sólo con ejercicio, se necesitaría una práctica muy intensa y duradera que sería muy difícil de cumplir en la mayoría de los casos.
La falta de ejercicio físico se asocia a un mayor riesgo de diabetes mellitus, osteoporosis, depresión, sobrepeso y obesidad y enfermedades cardiovasculares. Según la Encuesta Nacional de Salud de España, el 30% de los niños españoles de entre 1-15 años ve la televisión más de 2 horas cada día, que se corresponde con la falta de ejercicio físico y el aumento de obesidad entre los niños españoles.
Sobre la obesidad, la actividad física produce un gasto energético, es decir, quema calorías, oponiéndose a la ingesta de calorías de la alimentación. Pero el ejercicio físico tiene otros efectos beneficiosos en la obesidad: